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Los Palillos que Suenan (K’uilichi Chanakua)
Los P’urhépechas del Estado de Michoacán son quienes celosamente han conservado viva esta disciplina hasta nuestros días.
No se tienen datos precisos sobre el origen y la época en que fue inventado, sin embargo, se cree que este juego es muy antiguo, pues se ha encontrado grabado en lajas y rocas, incluso el Códice Borgia, muestra uno de estos tableros en una de sus láminas. Su nombre proviene de una onomatopeya que significa “los palillos que suenan”.
Los ancianos enseñan a los niños y jóvenes, logrando así su pervivencia a través de la práctica.
Se juega entre dos equipos de uno o más integrantes, mientras mayor sea el número de participantes, éste se hace más complejo y emocionante. Para iniciar cada jugador debe tener 4 fichas u objetos, pueden ser materiales naturales (hojas, flores, frutas, semillas, piedritas, palillos, etc.) .
Se hacen dos tiros por turno, avanzando siempre la ficha más atrasada de acuerdo a la puntuación obtenida en cada tiro.
En la salida existen dos puntos donde se cruzan los contendientes, si caen en esos lugares se “quema” su ficha y vuelve a empezar, pasando estos obstáculos, las fichas salen al área grande de juego, ahora encontrando tantos obstáculos como números de fichas enemigas, a las cuales tratará de evitar para que no lo“quemen” o en todo caso tratar de hacer que sus fichas quemen a las contrarias.
Si cae en una casilla ocupada por el adversario este se “quema” y tiene que volver a empezar con esa ficha.
- Si el juego es entre dos personas, gana el jugador que logre sacar sus cuatro fichas, ya sea haciendo su recorrido por el tablero o quemando a su adversario (caer en un espacio ocupado por él).
- Si se juega por equipos, gana el equipo que logre sacar todas sus fichas, ya sea haciendo el recorrido por el tablero o quemando a su adversario.
Los jugadores del mismo equipo no se “queman” entre sí.
El sistema de numeración y puntuación depende de cada tirada: Ver gráfica.
La tirada más alta con los K’uilichi (palitos) es el 35 y se puede dividir en 15 y 20, si se desea así se mueven 2 fichas.
En cada salida está señalada una huella que indica el comienzo de cada equipo o jugador.
Cualquier espacio plano es bueno para trazar el área de juego (piedra, troncos de madera, lienzos, pieles, cartón, etc.).
Para su práctica:
Se emplean cuatro palitos con un valor cada uno y fichas cuantas sean necesarias.
Los palillos se elaboran con bambú o carrizo de 12 a 15 cms. de largo por 3 cms. de diámetro; se parten por la mitad a lo largo quedando cóncavos de una parte y lisos de la otra.
Las fichas deben ser pequeñas.
Durante el desarrollo del juego es común que los contendientes hagan apuestas en efectivo o en especie.
Esta es una tradición muy arraigada entre las comunidades P’urhépechas, era común ver grupos de jugadores en las esquinas de las calles practicando el juego, donde los ancianos compartían con los jóvenes, actualmente se realizan acciones a fin de recuperar la práctica cotidiana de este antiguo juego de destreza mental.
La difusión hecha por la Federación a través de la Asociación Michoacana, ha permitido la promoción y práctica del juego en los Estados de Querétaro, Quintana Roo, Nuevo León, Chihuahua y el Distrito Federal.
Los Palillos que Suenan
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